En el episodio más reciente de nuestro podcast, tuve el honor de conversar con la Dra. Anita Johnston, una experta reconocida en la explicación del equilibrio entre las energías masculina y femenina y su impacto en los trastornos de la conducta alimentaria.
¿Sabías que…?En la cultura occidental, se sobrevalora el hacer sobre el ser, promoviendo principios masculinos como tenacidad, determinación, orientación a resultados, competencia, productividad y logros. En contraste, los principios femeninos como el cuidado, la paciencia, la calma, la ambigüedad, la cooperación, la intuición, la belleza y la calidez a menudo reciben menos reconocimiento. |
Recuerda que… Mantener un equilibrio entre estas energías es esencial para la vida plena y el bienestar general. Según las filosofías orientales, el universo se basa en la polaridad de las energías Yin (femenina/receptiva) y Yang (masculina/activa). Los seres humanos, independientemente de su sexo, poseen ambas energías. |
Por lo anterior:
Ninguna de estas características es intrínsecamente mejor o más valiosa que la otra. El problema surge cuando el equilibrio entre ellas, se ve alterado con una energía dominando excesivamente sobre la otra. Esta falta de equilibrio es exacerbada por una cultura que prioriza la productividad sobre el bienestar interior, promoviendo la violencia sobre la sabiduría, el control sobre la intuición y el pensamiento lógico sobre la autorreflexión. Esta dinámica se manifiesta en la vida cotidiana y contribuye al desbalance generalizado.
Reflexión:
La Dra. Johnston sugiere que, este desbalance puede influir en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), ya que, desde temprana edad, la energía femenina suele ser reprimida en favor de la masculina. Esta supresión implica ignorar nuestras emociones e intuiciones, lo que lleva a que nuestra mente inconsciente permanezca en la oscuridad.
Es común observar que las personas con TCA tienen una energía masculina dominante que tiende a juzgar y suprimir la parte femenina. Esta energía masculina puede llevar a una vida llena de actividades y tareas interminables, donde momentos de relajación se consideran una pérdida de tiempo. La noche, al ofrecer menos distracciones, se convierte en un terreno fértil para el uso de la comida como una forma de llenar vacíos emocionales, ya sea a través de la restricción, el atracón o la purga.
FINALMENTE…
Cuando la energía masculina predomina sobre la femenina, la actividad puede volverse desmedida y sin propósito. Esto se manifiesta en comportamientos como comer compulsivamente, contar calorías y participar en ciclos interminables de restricción para controlar los deseos y apetitos. Se cree erróneamente que la fuerza de voluntad es el único recurso para resolver estos problemas, mientras que se intenta controlar las emociones y los instintos a través de la alimentación. Cuando la parte femenina se rebela, suele ser acusada de ser excesivamente sensible, tonta, exagerada y carente de fuerza de voluntad.
La recuperación de un TCA requiere un esfuerzo consciente para reclamar y equilibrar la energía femenina, fomentando así un bienestar integral.
Karla Manzanilla
Sergio Manzanilla. Editor de texto y estilo
manzanillasergio@hotmail.com